La región de los Cinco Manantiales, en Coahuila, ha sido escenario de un incremento alarmante en la realización de peleas de gallos sin autorización, lo que ha atraído la atención de las autoridades federales. Según informes recientes, estas actividades ilícitas no solo han crecido en frecuencia, sino que también han transformado el escenario local de entretenimiento y apuestas, generando un flujo de dinero que llega a desbordar los 1 millón de pesos en algunos derbys.
Las peleas de gallos, tradición arraigada en muchas comunidades del país, han comenzado a asociarse con contextos negativos en Coahuila, destacándose por su desarrollo clandestino y la implicación de figuras que podrían incluir a autoridades locales. La falta de permisos expedidos por la Secretaría de Gobernación para este tipo de eventos ha levantado sospechas y ha llevado a que organismos como la Fiscalía General de la República (FGR), la Guardia Nacional y la misma Secretaría de Gobernación inicien investigaciones al respecto.
Particularmente, ya se han documentado intervenciones en localidades como Nava, Jiménez y Acuña, donde se han desmantelado peleas clandestinas que operaban sin las debidas regulaciones. Estos eventos, además de ser ilegales, contribuyen a un clima de impunidad y descontrol en la región, generando preocupación entre los ciudadanos y activistas que abogan por el bienestar animal y la legalidad.
Es importante resaltar que estas actividades no solo afectan la percepción pública de Coahuila, sino que también envuelven aspectos de corrupción y complicidad, evidenciando un entorno donde las normativas son ignoradas en favor de intereses económicos. A medida que las autoridades intensifican sus esfuerzos por erradicar estos encuentros ilegales, queda claro que el problema de las peleas de gallos va más allá de una simple cuestión cultural, convirtiéndose en un reto que pone en tela de juicio la integridad de las instituciones locales y su compromiso con la ley.
Finalmente, la situación de las peleas de gallos en los Cinco Manantiales es un reflejo de un fenómeno social complejo, donde el dinero, la ilegalidad y la corrupción se entrelazan, demandando una acción inmediata de los entes gubernamentales para restaurar la legalidad y proteger tanto a los animales como a la comunidad en general.
