fbpx
Nacional

Advierten que guerrilleros ‘reforzaron’ a cárteles en México

Son hombres experimentados que dominan los rifles de asalto, usan lanza-cohetes, granadas y saben armar minas terrestres, coches-bombas o drones con explosivos.

Ellos son ex guerrilleros centroamericanos y desertores del Ejército y de la Armada de Colombia que están reforzando a los violentos cárteles de la droga en México.

Un reporte oficial de seguridad nacional detectó que esos mercenarios arribaron al País para apoyar al Cártel de Sinaloa y al Cártel del Golfo.

Ambos grupos criminales tienen una sangrienta batalla contra su principal enemigo: El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Según un estudio de AC Consultores, el CJNG tiene presencia en 28 entidades y busca tener el dominio en la venta de droga, la extorsión y el robo de combustible.

En Guanajuato, el Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL) comenzó a reforzarse también con esos grupos de extranjeros para enfrentar al CJNG.

El líder del CSRL, José Antonio Yépez, «El Marro», fue detenido en 2020, pero hubo una reorganización y surgieron nuevos cabecillas locales en al menos 10 ciudades de Guanajuato. Los más combativos y sanguinarios se encuentran en Celaya, Apaseo, Villagrán, Juventino Rosas, Irapuato, Salamanca y Valle de Santiago.

Todos esos municipios rodean o por ahí pasan los ductos de la refinería de Pemex en Salamanca. Además, enfrentan una creciente ola de extorsión, cobro de piso y control de bares y centros nocturnos.

Al Cártel de Santa Rosa se unió un grupo numeroso de colombianos que, en los últimos meses, ha contenido el ingreso del CJNG.

Además, ha emprendido el ataque contra policías municipales y estatales.

La medianoche del miércoles, un grupo de elementos de la Guardia Nacional fue sorprendido con un coche-bomba en Celaya.

Los federales acudieron a la localidad de El Sauz de Villaseñor para atender el reporte de un auto abandonado. Al arribar al lugar, encontraron un unidad de color blanco y al revisarla se suscitó una fuerte explosión. Diez elementos resultaron heridos, cinco de ellos de gravedad.

En noviembre pasado, un grupo armando del CSRL lanzó granadas contra la comandancia de la Policía en San Juan de Vega, en Celaya, pero los agentes repelieron la agresión y fallecieron ocho criminales. Dos de ellos, eran ex militares colombianos.

Los policías (ex agentes de la Policía Federal) fueron detenidos por la Fiscalía estatal y encarcelados por el delito de homicidio.

Familiares y abogados de los agentes denuncian que fueron acusados injustamente sólo por realizar su trabajo y defenderse de sanguinarios criminales.

El pasado 22 de mayo, también en Celaya, se reportó la desaparición del colombiano Nilson Arley Julio Gómez, un ex integrante de la Armada, quien ingresó a México el 4 de abril por Cancún, Quintana Roo, como turista.

Los familiares del colombiano denunciaron la desaparición y aseguraron que se dedicaba a la venta de tenis; sin embargo, las autoridades policiacas lo tenían identificado como uno de los sanguinarios contratados por el Cártel de Santa Rosa.

Insistieron en que fue levantado por elementos del Ejército mexicano y luego apareció calcinado en la cajuela de un auto.

Aunque otras versiones refieren que pudo haber sido ejecutado, luego de tener diferencias con el CSRL.

Líderes locales advierten que los ex guerrilleros colombianos han tomado fuerza y lamentan que las autoridades estatales y federales no han logrado coordinarse para enfrentarlos.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha cuestionado la capacidad de Carlos Zamarripa, quien lleva más de 15 años como Procurador y ahora de Fiscal estatal, y ha solicitado que lo cambien.

«Yo personalmente le he estado insistiendo al Gobernador (Diego Sinhue Rodríguez). Es uno de los casos extraordinarios. Porque por lo general, los Gobernadores tienen autoridad, pero aquí no es así. Incluso tengo buena opinión del Gobernador, pero lo tienen rodeado», dijo hace algunas semanas.

Con información de Reforma

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba