Llega a Embajada en México cercano a Biden

De 66 años, este demócrata conocido por portar un sombrero cowboy en actos públicos es un político de raíces mexicanas nacido en Colorado. Ahí inició su carrera política, en la administración del Gobernador Roy Roemer, en la década de los 80, y posteriormente como Fiscal General del estado.

Hizo historia en 2005 al convertirse en el primer latino demócrata elegido al Senado estadounidense desde 1972. El Presidente Barack Obama lo nombró su Secretario de Interior, cargo que ocupó de 2009 a 2013.

Es una persona cercana a Biden, señalaron analistas. Coincidieron primero en el Senado, donde el ahora Presidente ocupó un escaño de 1973 a 2009, y luego en el Gabinete de Obama, lo que refleja la importancia de su cargo para el Mandatario y su agenda política.

«Sin duda es un nombramiento interesante, por el perfil y los antecedentes que él tiene… pero sobre todo porque es una de las personas de bastante confianza del Presidente», destacó a REFORMA José María Ramos, investigador de El Colegio de la Frontera Norte.

Igualmente, especialistas enfatizan el hecho de que haya sido el primer Embajador externo de la actual Administración en ser ratificado.

«Tenemos que ver con ojos positivos que al fin haya Embajador para que se siga agilizando y se siga dinamizando esta relación que ya arrancó, y que avanzó muy fuerte con la visita de la Vicepresidenta Kamala Harris y del Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas», indicó en entrevista Estefanía Cruz Lera, investigadora del Centro de Investigaciones Sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM.

«Digamos que la pieza clave, el engrane faltante era el Embajador y pues eso significa que esta relación va para adelante».

A decir de Cruz Lera, una de las fortalezas de Salazar es que ya cuenta con experiencia en los temas que son más candentes en la relación bilateral, como el migratorio o la seguridad fronteriza.

Consideró que el enfoque del Embajador, debido a su trayectoria política, será «bastante sensible», no con una visión de construir un muro o separar, sino más bien, de dinamizar los intercambios económicos, como las visas para trabajadores agrícolas temporales.

Salazar se considera un ecologista, y Ramos espera que en este sentido una agenda verde esté dentro de sus prioridades, especialmente políticas que tengan que ver con la transición a energías limpias.

Sin embargo, Cruz Lera recordó que como Secretario de Interior, el ahora diplomático impulsó el polémico oleoducto Keystone, además de que obstaculizó leyes que prohibían el fracking. Además, agregó, tras su cargo en el Gabinete de Obama, el demócrata se incorporó al buró jurídico internacional Wilmer Hale, donde trabajó defendiendo a importantes firmas como la petrolera Chevron.

«Más allá de pensar en lo criticable que esto podría resultar para estos avances con el medio ambiente, viéndolo desde este lado de la frontera creo que es positivo para Pemex y para los intereses del actual Presidente (Andrés Manel López Obrador), que sigue insistiendo en la construcción de refinerías», manifestó la especialista.

«Entonces, si lo vemos por ese lado pues va en la misma sintonía que el Presidente AMLO (…) y probablemente el Embajador Salazar va a facilitar nuevos contratos o inversiones en materia de energías tradicionales en México».

Por otro lado, uno de los temas en los que podría haber ciertas complicaciones entre Salazar y el Gobierno mexicano, según los especialistas, es el del tráfico de armas, que la Administración de López Obrador tiene entre sus prioridades.

«Ken Salazar va a ayudar a México pronunciándose abiertamente en contra del tráfico de armas (lo cual hizo cuando fue Senador por Colorado) y a favor de más acción del Gobierno de Estados Unidos, pero va a ser muy crítico con la falta de control aduanal y la corrupción en México, argumentando que son parte del problema», concluyó Cruz Lera.

Con información de Reforma