
Sheinbaum presume reducción de huachicol, pero persisten dudas sobre la estrategia
Redacción | Ciudad de México.– La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró este lunes que el país ha registrado una disminución tanto en el huachicol tradicional —el robo de combustible a través de tomas clandestinas en ductos— como en el llamado huachicol fiscal, relacionado con la importación ilegal de gasolina bajo conceptos distintos para evadir impuestos. Sin embargo, las cifras y las afirmaciones del Gobierno Federal mantienen un margen de cuestionamiento, pues el problema continúa activo y con impactos relevantes para el mercado energético.
Desde Palacio Nacional, la mandataria destacó que el incremento en ventas reportado por Petróleos Mexicanos (Pemex) y por gasolineras privadas sería evidencia de una reducción en las prácticas ilícitas. Afirmó que, aunque el robo de combustibles “todavía se presenta”, su prevalencia sería mucho menor que en años anteriores.
“Ese ha disminuido muchísimo… y la importación ilegal de combustible también ha disminuido”, sostuvo, al asegurar que los permisos privados de importación se han depurado y que los distribuidores reportan mayores ventas en estaciones de servicio.
No obstante, el Gobierno Federal reconoce que ambos delitos siguen ocurriendo, lo que abre cuestionamientos sobre el verdadero alcance de la estrategia implementada. Si bien el aumento en ventas legales podría interpretarse como un indicador positivo, especialistas han advertido que estas cifras no necesariamente reflejan una contención total, pues el huachicol fiscal suele operar a través de estructuras complejas, redes comerciales y vacíos regulatorios que no se eliminan con facilidad.
Sheinbaum admitió que la práctica continúa representando un riesgo para las finanzas de Pemex: “Sí es un riesgo… para las ventas de Pemex”, dijo, aunque defendió que las dependencias involucradas mantienen reuniones semanales para monitorear el comportamiento del mercado y reforzar acciones de supervisión.
La presidenta también aprovechó para reiterar que la petrolera estatal muestra signos de recuperación financiera, atribuyéndolo al “trabajo coordinado” de Energía, Hacienda y la propia empresa, así como a un esquema de apoyo del gobierno federal que, según afirmó, fue bien recibido por las calificadoras.
A pesar del optimismo oficial, el huachicol —en cualquiera de sus modalidades— continúa siendo uno de los desafíos más persistentes para Pemex y para el sector energético en general. Y aunque el Ejecutivo sostiene que la problemática va a la baja, la falta de información detallada y verificable mantiene abiertas dudas sobre si las medidas adoptadas están atacando el problema de fondo o solo paliando sus efectos visibles.



