
Promesas rotas en el Colector Labasa; persiste el ecocidio en el río Escondido
Los trabajos realizados este mes en el Colector Labasa fueron anunciados como la solución definitiva a uno de los problemas más graves de drenaje en Piedras Negras: el constante desbordamiento de aguas negras hacia el río Escondido y el Laguito Mexicano. Sin embargo, la realidad contradice las declaraciones oficiales, ya que la fuga persiste y el foco de contaminación permanece intacto.
SIMAS y la Dirección de Obras Públicas aseguraron que, tras las labores en el colector, se detendría por completo el flujo de aguas residuales que afecta al bulevar República y desemboca en la zona del Laguito. No obstante, automovilistas y vecinos continúan reportando cómo el drenaje brota en forma de fuente en plena vialidad, evidenciando que la obra no cumplió con los objetivos planteados.
El antecedente inmediato recuerda que SIMAS, no logró concluir los trabajos iniciales por errores de cálculo y mala ejecución, lo que obligó a Obras Públicas a tomar el control del proyecto. Aunque se presentó como un esfuerzo de coordinación institucional, el resultado vuelve a mostrar improvisación, falta de supervisión y ausencia de soluciones duraderas.
La pregunta que ahora resuena entre los ciudadanos es inevitable: ¿por qué, si se invirtieron recursos y se prometió resolver el problema, las aguas negras siguen fluyendo hacia el Laguito Mexicano? La situación no solo refleja un fracaso operativo, sino también la incapacidad del Ayuntamiento para garantizar que los servicios básicos funcionen con eficiencia y responsabilidad.
Mientras tanto, el ecocidio continúa. El río Escondido y el Laguito Mexicano permanecen contaminados por descargas que deberían haber sido controladas, poniendo en riesgo la salud de la población y el equilibrio ambiental. Piedras Negras enfrenta nuevamente la confirmación de que ni SIMAS ni el municipio han estado a la altura de las necesidades más urgentes de la ciudad.



