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Retoma Ucrania suburbio en oeste de Kiev

Fuerzas ucranianas dijeron el martes de madrugada que habían retomado un estratégico suburbio de Kiev, mientras las fuerzas rusas presionaban otras zonas cerca de la capital y mantenían su asedio al puerto sureño de Mariúpol.

Las explosiones y las ráfagas de disparos remecían Kiev, y una negra humareda se alzaba desde un punto en el norte.

El fuego redoblado de artillería se oía desde el noroeste, donde Rusia ha intentado cercar y capturar varias zonas suburbanas de la capital, un objetivo crucial.


Los vecinos se refugiaban en sus casas o bajo tierra durante un toque de queda de 35 horas impuesto hasta el miércoles por la mañana por las autoridades municipales.



Las fuerzas rusas también continuaban con su asedio a Mariúpol después de que los defensores de la ciudad rechazaran las exigencias de rendición. Los civiles que lograron huir describieron cómo habían escapado entre combates calle a calle y junto a cadáveres sin enterrar.

Mientras tanto, la ofensiva terrestre del Kremlin en otras partes del país avanzaba despacio o nada en absoluto, mermada por letales ataques rápidos de los ucranianos.


El Ejército ucraniano dijo el martes de madrugada que había expulsado a las fuerzas rusas del estratégico suburbio de Makariv, al oeste, tras una intensa batalla.

El territorio recuperado permitió al contingente ucraniano retomar el control de una importante autopista hacia el oeste e impedir que la capital quedara rodeada por el noroeste.


Pero el Ministerio ucraniano de Defensa señaló que las fuerzas rusas que combatían por Kiev habían podido retomar parte de otros suburbios en el noroeste: Bucha, Hostomel e Irpín, algunos de los cuales llevan bajo ataque casi desde el inicio de la invasión rusa a finales del mes pasado.


Las tropas del Presidente de Rusia, Vladimir Putin, concentran cada vez más su potencia aérea y su artillería sobre ciudades ucranianas y los civiles que viven ahí, matando a un número desconocido de personas y haciendo huir a millones.

La invasión rusa ha expulsado casi a 3.5 millones de personas de Ucrania, según Naciones Unidas, con otros 6.5 millones de desplazados dentro del país.

La ONU ha confirmado más de 900 muertes de civiles, aunque admite que la cifra real probablemente sea mucho mayor. Las estimaciones de muertes rusas varían, pero incluso las cifras conservadoras son de unos pocos miles.

Funcionarios británicos y estadounidenses dijeron que Kiev sigue siendo el objetivo principal de Rusia.

El grueso de las tropas de Moscú sigue a millas del centro, aunque misiles y artillería han destruido edificios de apartamentos y un gran centro comercial, que quedó convertido en una ruina humeante tras ser atacado el domingo por la noche por proyectiles que mataron a ocho personas, según trabajadores de emergencias.


Un funcionario estadounidense de Defensa, que hablaba bajo condición de anonimato para comentar el análisis del Ejército, dijo que Rusia había aumentado los vuelos en los dos días anteriores, con hasta 300 en las últimas 24 horas, y había lanzado más de mil 100 misiles a Ucrania desde el comienzo de la invasión.


Mientras las fuerzas rusas intentaban presionar a Kiev, las conversaciones sobre el final de los combates han continuado por videoconferencia pero no han legrado acercar posiciones.

El Presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, dijo a la televisora ucraniana el lunes por la noche que estaba dispuesto a renunciar a ingresar en la OTAN, una importante exigencia de Rusia, a cambio de un cese el fuego, la retirada de las tropas rusas y garantías sobre la seguridad de Ucrania.



Zelensky también sugirió que Kiev estaría abierta a negociaciones futuras sobre la situación de Crimea, que Rusia se anexionó en 2014, y las regiones en la región oriental del Donbás, controladas por separatistas con apoyo ruso.

Pero señaló que ese era un tema para otro momento. 



En Mariúpol, con las comunicaciones cortadas, los movimientos restringidos y muchos vecinos escondidos, seguía sin estar claro qué había sido de las personas que estaban en una escuela de arte destruida el domingo y un teatro demolido cuatro días antes.

Se creía que en el teatro se refugiaban más de 1.300 personas, y que en la escuela de arte había unas 400.



Mariúpol, en el Mar de Azov, es un puerto clave para Ucrania y está en la franja de tierra entre Rusia y Crimea.

Eso la ha convertido en un objetivo clave, que lleva más de tres semanas asediado y ha sufrido algunas de las peores escenas de la guerra.

Pero no había una imagen clara e independiente de cuán próxima podría estar su caída.

El Ministerio ucraniano de Defensa dijo el martes que sus fuerzas aún defendían la ciudad y habían destruido una patrullera rusa y una instalación electrónica.

Con información de Agencias

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