Respalda CSP adelantar la Revocación de Mandato
En medio de una evidente caída en su popularidad
Redacción | Ciudad de México.- En un intento por mostrarse abierta al escrutinio público, la presidenta Claudia Sheinbaum calificó como “una buena propuesta” la idea de adelantar la revocación de mandato al 2027, año en que coincidiría con las elecciones intermedias. Sin embargo, su respaldo llega en un contexto de desgaste político evidente y de una popularidad que, aunque el gobierno evita reconocerlo, ha comenzado a erosionarse.
Durante su conferencia matutina desde Palacio Nacional, Sheinbaum argumentó que realizar la revocación un año antes “ahorraría recursos”, al evitar que el ejercicio se lleve a cabo de forma independiente en 2028.
“Algunos diputados plantearon una iniciativa para que no se hiciera en 2028, sino en 2027… es algo que hay que analizar, no aprobar al vapor. Pero es una buena propuesta”, señaló la mandataria.
Pese a su tono conciliador, la propuesta se interpreta también como una jugada política para recuperar terreno frente a una ciudadanía que ha comenzado a mostrar signos de cansancio hacia su administración. La narrativa de “austeridad” y “eficiencia” parece servir ahora como justificación ante la pérdida de confianza y el aumento de críticas en distintos sectores.
Analistas políticos apuntan que el discurso de Sheinbaum busca proyectar una imagen de apertura y seguridad democrática, aunque en los hechos su gobierno enfrenta una creciente inconformidad por la falta de resultados visibles en temas clave como seguridad, inflación y gobernabilidad.
El adelanto de la revocación podría, en efecto, ahorrarle dinero al Estado, pero también colocaría a la presidenta frente a una prueba de legitimidad más temprana de lo esperado. Y si las tendencias actuales de desaprobación continúan, el 2027 podría convertirse en un año políticamente riesgoso para su administración.
Finalmente, en lugar de fortalecer su liderazgo, la iniciativa podría exponer el desgaste de una figura que, a poco más de un año de asumir el poder, ya enfrenta los primeros síntomas del desencanto ciudadano.
