Por: Kevin Liñán | Piedras Negras, Coahuila.– La crisis automotriz alcanzó de lleno a Piedras Negras con el anuncio de la empresa Rassini de despedir a 230 trabajadores del área de resortes, a partir de este lunes a las 9:30 de la mañana, luego de suspender varias líneas de producción que dejaron de ser rentables.
La compañía argumentó que la decisión obedece al cierre de contratos comerciales y a una reestructuración para enfocarse en negocios de mayor potencial de crecimiento. Aunque aseguró cumplir con sus obligaciones laborales, el golpe para la plantilla y para la ciudad es evidente.
Rassini, con más de medio siglo de presencia en Piedras Negras y una plantilla que supera los 2,700 empleados, ha sido durante décadas un pilar en la generación de empleo. Sin embargo, el recorte confirma que la ciudad atraviesa un momento crítico en materia de inversiones industriales.
La falta de nuevos proyectos productivos y el cierre de líneas de producción no solo implican pérdida de empleos, sino también un impacto directo en la economía local: menor poder adquisitivo para cientos de familias, caída en el consumo y desconfianza de potenciales inversionistas.
La salida de 230 empleos en un solo día refleja que Piedras Negras ya no figura como un destino competitivo para la industria automotriz y manufacturera. El reto ahora es mayúsculo: sin inversiones que generen nuevos espacios de trabajo, la ciudad enfrenta un futuro incierto en el que la falta de oportunidades podría acelerar la migración laboral hacia otras regiones del estado o de Texas.
El caso de Rassini es más que un ajuste empresarial: es un llamado de alerta sobre la necesidad de replantear el rumbo económico de Piedras Negras y recuperar la confianza de las industrias antes de que la ciudad quede relegada del mapa de la competitividad.
