Nacional

Proponen a AMLO eje México, Brasil, Argentina

México, Brasil y Argentina podrían articular un eje de naciones en favor de una mejor calidad democrática y una distribución más justa del ingreso, consideró el Presidente de Argentina, Alberto Fernández, en una carta dirigida al Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Fechada el pasado miércoles 9 de marzo, luego de una visita realizada por Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de López Obrador, el Mandatario argentino pidió al mexicano apoyar a Luiz Inácio «Lula» Da Silva, quien acudirá a las urnas en octubre.

«Deberíamos acompañar a Lula en todo lo que esté a nuestro alcance. Si eso ocurriera, le haría un gran bien al sufrido pueblo brasilero.

«Pero, además, imagino que nos permitiría fortalecer el MBA (México, Brasil y Argentina), un eje en torno al cual podría encaminarse la política de la región en pos de una mejor calidad democrática y fundamentalmente en una más justa distribución del ingreso», propuso Fernández.

El Presidente López Obrador recibió la carta de manos de su esposa, quien lo representó en Argentina, y en la toma de posesión de Gabriel Boric, nuevo Mandatario en Chile.

«Regresé de mi gira por Chiapas y Tabasco al mismo tiempo que llegó Beatriz, quien me representó en Chile y Argentina. Mi amigo Alberto Fernández dio respuesta a mi carta con una bella, auténtica y fraterna proclama política. La comparto», escribió el tabasqueño en sus redes sociales.

En la carta y al hacer una reflexión sobre el capitalismo, el Presidente argentino llama al mexicano a «unir esfuerzos para cambiar esta realidad tan indignante».

«Creo también que debemos ponernos al frente aquellos que tenemos firme nuestra convicción de que a los únicos a los que les debemos lealtad es aquellos que han quedado atrapados en el cono de la marginación y la pobreza.
«Si el capitalismo sigue acotando el número de consumidores empobreciendo sociedades, un día asistiremos impávidos a su propio suicidio. Tanta inmoralidad no puede resultar impune», planteó.

A continuación, el texto íntegro.

Buenos Aires, marzo 9 de 2022

Andrés Manuel López Obrador
Presidente de los Estados Unidos de México (sic)
Presente

Mi muy querido amigo:

Hemos tenido el placer de recibir en nuestra Argentina a Beatriz, tu compañera de vida. Ha seducido a todos con su frescura, su maravilloso carácter y su envidiable inteligencia. Sus comentarios teológicos me fascinaron, aunque dejó en evidencia mi supina ignorancia religiosa, ha echado luz sobre lo poco confiable que resultó ser San Pablo, entendí que María Magdalena era mejor persona que lo que dicen los moralistas y descubrí que Judas Tadeo no era tal.

Bromas aparte, su conversación es atrapante. Me acompañó a un acto conmemorativo del Día de la Mujer y dejó un extraordinario mensaje ante decenas de miles de personas reunidas en un barrio humilde de los alrededores de esta ciudad.

Créeme que te ha hecho quedar muy bien y a tu siempre querido pueblo. Tienen en ella a una gran representante de esa sociedad mexicana que tanto amamos y valoramos los argentinos.

Quiero agradecerte las palabras que has escrito en tu carta. Han sido un bálsamo para mi espíritu en un tiempo tan difícil como el que me ha tocado enfrentar. Un país endeudado irresponsablemente que sumió en la pobreza a millones de compatriotas es lo que han dejado quienes me preceden en el gobierno. El resto del daño lo hizo la pandemia.

A pesar de todo estoy seguro de que lentamente vamos poniendo el país en la senda del crecimiento. El 2021 terminó con un incremento del PIB del 10.3% y ya tenemos más empleos formales que los que se registraban antes de desatada la pandemia.

Ahora nos queda cerrar un Plan de Facilidades Extendidas con el Fondo Monetario Internacional. Esa es la tarea más penosa. Nada hay peor que confrontar posiciones con los cultores del peor capitalismo financiero. Aún así, hemos obtenido un acuerdo beneficioso para el país pues evitamos los típicos planes de ajuste con los que los neoliberales pretende resolver los desequilibrios económicos. Para ellos, los desmanes que causan los poderosos deben resolverse a costa del sacrificio de los más vulnerables. Esa lógica nunca conlleva soluciones justas y eso irrita a cualquier hombre de bien.

He visto que has estado con mi querido amigo Lula. Es una gran persona y el mayor líder que Sudamérica ha tenido y tiene. Deberíamos acompañarlo en todo lo que esté a nuestro alcance.

Si eso ocurriera, le haría un gran bien al sufrido pueblo brasilero. Pero, además, imagino que nos permitiría fortalecer el MBA (México, Brasil y Argentina) un eje en torno al cual podría encaminarse la política de la región en pos de una mejor calidad democrática y fundamentalmente en una más justa distribución del ingreso. Nunca debemos olvidar que vivimos en el continente más desigual del mundo.

Ingenuamente creí que el dolor que nos causaba la pandemia, con tanta enfermedad y tanta muerte, nos haría revisar la injusticia global en la que vivimos. Pensé con esperanza que el capitalismo se revisaría y se animaría a recuperar la ética social que mancilló por la avaricia de los poderosos. Me equivoqué. Tras la pandemia no logramos mejorarnos como humanidad. Solo corroboré que los que eran buenos, tras la pandemia resultaron buenísimos. Pero los que eran malos, acabaron siendo peores.

Creo, querido Andrés Manuel, que debemos unir esfuerzos para cambiar esta realidad tan indignante. Creo también que debemos ponernos al frente aquellos que tenemos firme nuestra convicción de que los a los únicos a los que les debemos lealtad es aquellos que han quedado atrapados en el cono de la marginación y la pobreza. Si el capitalismo sigue acotando el número de consumidores empobreciendo sociedades, un día asistiremos impávidos a su propio suicidio. Tanta inmoralidad no puede resultar impune.

Le dije a Beatriz que quiero recibirte en Argentina. Sé que no eres amigo de salir de México. Pero deberías hacer una excepción solo para alegrar la vida de alguien que te quiere, te respeta y te admira: ese soy yo.

Si algo bueno me ha dejado este tiempo tan difícil fue el haberte conocido. Una vez Angela Merkel me preguntó cuál era mi opinión sobre vos. «Es la primera vez en muchas década que México tiene como presidente a un hombre decente, y eso en México es una revolución», le dije certeramente.

Gracias por los buenos augurios del hijo que llegará en abril. Te confieso que aun me conmueve la novedad. Después de abril, además de conmoverme, no me dejará dormir.

Espero verte y abrazarte muy pronto. Aquí, donde el continente termina, tienes un amigo para siempre. Nunca lo olvides.

Recibe todo mi afecto. Sinceramente, Alberto Fernández.

Con información de Reforma

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba