
Presumen ‘avances’ en seguridad durante sexenio de Sheinbaum
Pese a que la violencia sigue sin ceder terreno
Redacción | Ciudad de México.- El titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch, presentó este lunes un informe en el que presume los “avances” logrados durante el primer año del gobierno de Claudia Sheinbaum: 37 mil personas detenidas, casi 300 toneladas de droga aseguradas y una supuesta reducción del 37 por ciento en los homicidios dolosos.
Sin embargo, más allá de las cifras, el discurso oficial parece insistir en mostrar una narrativa de éxito en un país donde la percepción de inseguridad sigue siendo uno de los principales problemas que enfrenta la ciudadanía.
Durante la conferencia, García Harfuch detalló que, entre octubre de 2024 y noviembre de 2025, fueron incautadas más de cuatro millones de pastillas de fentanilo y casi 19 mil armas de fuego. También presumió el desmantelamiento de mil 614 laboratorios para la producción de metanfetaminas, lo que —según el funcionario— representa “una afectación económica de cientos de millones de pesos para la delincuencia organizada”.
No obstante, pese al énfasis en los números, los resultados contrastan con la realidad que enfrentan distintos estados del país, donde los homicidios, desapariciones y enfrentamientos entre grupos delictivos continúan siendo parte del día a día.
El funcionario incluso resaltó la reciente captura de presuntos operadores del grupo de Los Beltrán Leyva, como Saúl “N” o Samuel de Jesús “N”, alias “SS”, en Baja California, a quienes se les atribuye el trasiego de fentanilo y metanfetaminas hacia Estados Unidos. También destacó un decomiso en Durango de más de 13 toneladas y 13 mil litros de precursores químicos utilizados en la elaboración de drogas sintéticas.
Aun con estos operativos, las autoridades federales siguen enfrentando cuestionamientos sobre la eficacia de la estrategia de seguridad nacional. Y es que, mientras el gobierno federal celebra decomisos y detenciones, en amplias regiones del país las familias continúan viviendo bajo el control del crimen organizado.
La narrativa de “reducción del delito” vuelve a ser el argumento central del discurso oficial; sin embargo, los ciudadanos siguen esperando algo más que cifras: resultados tangibles que se traduzcan en paz y justicia real.



