
Nueva Historia de censura en Piedras Negras pone a Jacobo en el centro de la polémica
La administración municipal encabezada por Jacobo Rodríguez atraviesa uno de sus momentos más oscuros desde el arranque de su llamado gobierno de la “Nueva Historia”, tras ser señalada por un acto que podría considerarse un atentado directo contra la libertad de expresión.
Durante el pasado fin de semana, la gerente regional del periódico ‘El Tiempo’ fue interceptada en plena vía pública por dos sujetos que, según testigos, descendieron de una Suburban gris de reciente modelo con actitud amenazante y le exigieron no volver a publicar notas críticas contra el actual alcalde. Los hechos ocurrieron en la calle Santa Cruz, en la colonia Buena Vista Sur, mientras la periodista circulaba en un vehículo rotulado con el nombre del medio.
El punto de tensión habría sido una nota en la que se retoman declaraciones del regidor Juan Carlos Álvarez, del PT, quien denunció detenciones arbitrarias por parte de la Policía Municipal, así como supuestas compras públicas favoreciendo a allegados del presidente municipal. Uno de los agresores mostró el ejemplar del periódico y advirtió: “Estas notas no pueden publicarse. Ni una más”.
La reacción de las autoridades locales ha sido el silencio absoluto. Desde entonces, el Ayuntamiento no ha emitido ningún posicionamiento, a pesar de que las denuncias por amenazas e intimidación ya fueron presentadas ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de Coahuila y la Fiscalía General de la República.
Mientras tanto, el periódico afectado ha sido colocado bajo resguardo, y las diligencias para dar con los responsables continúan en distintos puntos de la ciudad, incluyendo la revisión de cámaras urbanas. Aun así, el hermetismo que mantiene el alcalde contrasta con la gravedad de los hechos, especialmente tras sus recientes ataques verbales contra el regidor Álvarez durante actos oficiales de gobierno.
La censura, disfrazada de intimidación callejera, marca un preocupante precedente en el actual gobierno municipal, que se vendió a la ciudadanía como un nuevo comienzo. Hoy, ese discurso choca de frente con una realidad en la que el periodismo incómodo parece ser perseguido, mientras los señalamientos hacia el poder quedan sin respuesta.