
Jacobo cuestiona postura de regidores tras revés de cuenta pública
Redacción | Piedras Negras, Coah.- Durante la conferencia matutina de este miércoles, el alcalde de Piedras Negras, Jacobo Rodríguez, enfrentó nuevamente preguntas sobre un tema que, lejos de resolverse, parece haberse convertido en rutina: la votación en contra de la cuenta pública de octubre por parte de regidores de su propia bancada como de oposición. El edil respondió con un discurso que mezcló molestia, resignación y una lectura política directa sobre lo que considera una estrategia de desgaste sin argumentos técnicos.
Rodríguez González sostuvo que la negativa recurrente de Morena – PT y del PRI carece de sustento, al asegurar que la administración ha entregado información desglosada y transparente en cada sesión previa. “Nos hemos preguntado todo el año por qué votan en contra. No hay argumento”, declaró, cuestionando incluso la representación real que estos regidores ejercen en el cabildo. Para el alcalde, la decisión de rechazo no pasa por números, sino por líneas partidistas que buscan generar ruido mediático —ruido, dijo— que dura apenas “unas horas”.
En su intervención, el presidente municipal insistió en que la ejecución del recurso público está plenamente respaldada por la Auditoría Superior del Estado, que es el órgano que realmente podría derivar responsabilidades. Desde su perspectiva, el voto en contra no genera efecto administrativo alguno; más bien evidencia un juego político que, afirmó, no ha logrado impactar en la percepción ciudadana. Se apoyó en encuestas internas y externas, señalando que “siete u ocho de cada diez personas” aprueban su gestión y que los programas sociales, apoyos y obras presentadas —desde Casa Nazaret hasta Amor y Paz— forman parte de una administración “ordenada y equilibrada”.
Con un tono más crítico, el edil también lanzó preguntas dirigidas a la dirigencia estatal del PT y Morena, insinuando que la instrucción de votar en contra proviene de actores externos al cabildo. Incluso mencionó conflictos previos con el dirigente del PT, Ricardo Mejía, y deslizó que la disputa parece más personal que institucional. Aseguró que, pese a ello, mantiene apertura y trabajo cotidiano donde “los resultados hablan por sí solos”, pero advirtió que algunos regidores “no leen” o simplemente responden a intereses partidarios.
El alcalde cerró la conferencia con una postura que, aunque firme, también reflejó cansancio; aseguró que prefiere dejar de debatir en cada sesión, enfocarse en operar y preparar el próximo informe, donde —según adelantó— demostrarán avances que superan a administraciones pasadas. Sin embargo, el trasfondo que permanece sin respuesta es el que él mismo planteó, ¿por qué el cabildo ha normalizado un rechazo sistemático sin que existan explicaciones públicas detalladas? La administración asegura tener claridad; los regidores opositores, hasta ahora, no. Y entre ambas versiones, lo que avanza es la tensión política dentro del Ayuntamiento.
Este episodio no cierra la discusión, pero sí evidencia un desgaste institucional que podría seguir escalando si ninguna de las partes decide transparentar, con mayor claridad, los argumentos de fondo —o la falta de ellos— detrás de cada voto.



