
Los permisos gratis a Ferromex
Por Kevin Liñán | Piedras Negras, Coah.- Con un aire de triunfo y sin el menor recato, el alcalde Jacobo Rodríguez anunció que su administración autorizó a la empresa ferroviaria Ferromex la construcción de una barda perimetral de concreto alrededor de los patios fiscales ubicados a unos metros de la Aduana del ferrocarril. El anuncio, que en cualquier otra administración habría levantado polémica, pasó casi inadvertido, aunque representa una de las decisiones más cuestionables de los últimos años en materia de seguridad y planeación urbana.
Durante más de una década, al menos tres gobiernos municipales —encabezados por Norma Treviño, Claudio Bres y Sonia Villarreal— negaron el permiso a Ferromex. Las razones eran claras: el riesgo que implica levantar una muralla en una zona que, en caso de emergencia, es una trampa mortal para toda la ciudad. A ello se suma que la empresa nunca presentó los estudios de impacto ambiental ni los protocolos de protección civil que exige una obra de esa magnitud.
Ferromex llevaba años buscando este aval, ofreciendo incluso millonarias “obras de compensación” al municipio, promesas que no convencieron a administraciones anteriores. Pero bastó la llegada de Jacobo Rodríguez y de su improvisado director de Obras Públicas para que la empresa obtuviera lo que por tanto tiempo se le negó. Todo, sin transparencia, sin consulta pública y sin la menor exigencia técnica.
Hoy, Piedras Negras queda en medio de un riesgo latente. Los patios ferroviarios concentran toneladas de materiales altamente peligrosos —combustibles, gas, nitrato de amonio, químicos industriales— y sólo cuentan con una vía de salida por avenida Centenario. Si algo ocurre ahí dentro, la ciudad entera pagará el costo.
Mientras Ferromex celebra haber resuelto sus problemas de seguridad, el municipio se olvida de los suyos. Y aunque existe ya un proyecto de un nuevo cruce ferroviario al norte de la ciudad, que sustituiría al actual, el Ayuntamiento prefirió adelantarse y allanar el camino a la empresa.
Queda la duda en el aire: ¿fue un acto de ingenuidad, de omisión… o de conveniencia? Porque si hubo beneficios, estos no se discutieron en Cabildo, ni se informaron a la ciudadanía. Los regidores de oposición —del PT, Morena y PRI— permanecen callados, mientras Ferromex agradece el “favor” de un permiso que antes era imposible y hoy, de la nada, se volvió gratuito.