
CANACO y CANACINTRA truenan contra el DAP; acusan de golpe directo a la economía
El Ayuntamiento de Piedras Negras, encabezado por Jacobo Rodríguez, enfrenta una fuerte crítica del sector empresarial tras la aprobación del Derecho de Alumbrado Público (DAP) a comercios e industrias. Tanto la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (CANACINTRA) como la Cámara Nacional de Comercio (CANACO) fijaron postura en contra de esta medida, calificándola como un golpe directo a la economía local y a la confianza en las autoridades municipales.
La CANACINTRA, bajo el liderazgo de Isidro de los Santos Villarreal, manifestó de manera clara y contundente su rechazo. Señaló que el DAP es un impuesto injusto, inequitativo y sin sustento legal suficiente, que grava únicamente a un sector productivo, debilitando la competitividad e inhibiendo la inversión. “Lejos de impulsar el desarrollo, desincentiva la inversión, resta confianza al sector empresarial y termina afectando a la ciudadanía al trasladarse dichos costos a productos y servicios”, advirtió el organismo.
Por su parte, la CANACO, presidida por Benito Martínez González, si bien reconoció los esfuerzos del municipio por mejorar las finanzas y los servicios, manifestó su profunda preocupación por el impacto negativo de este cobro en el comercio formal. Subrayó que cualquier medida de carácter fiscal debe analizarse con cuidado y privilegiar el diálogo, ya que imponer cargas adicionales limita el crecimiento de los negocios, especialmente de las pequeñas y medianas empresas.
Ambos organismos coincidieron en que la carga fiscal debe ser justa, transparente y pareja, no un obstáculo que frene el desarrollo económico ni ponga en riesgo la estabilidad laboral de la ciudad. En este sentido, exhortaron al Cabildo a abrir espacios de análisis donde se escuchen las distintas voces de la sociedad y se construyan alternativas que fortalezcan la hacienda municipal sin estrangular al sector privado.
El posicionamiento conjunto de CANACO y CANACINTRA exhibe que el rechazo al DAP no es aislado, sino un sentir generalizado entre los empresarios de Piedras Negras. Mientras el Ayuntamiento intenta presentar la medida como “justa y necesaria”, la realidad es que el sector productivo la percibe como un golpe directo a la economía local, que amenaza con encarecer los costos, reducir la competitividad y frenar la inversión en la frontera.



