Piedras Negras

Fin de semana histórico en Piedras Negras; desabasto y descontento marcan a la ciudad

El fin de semana fue especialmente difícil para Piedras Negras, donde miles de familias enfrentaron temperaturas superiores a los 40 grados sin contar con agua en sus hogares. Aunque el municipio desplegó pipas durante los días más complicados, la realidad es que esa no es una solución de fondo para una ciudadanía que no merece padecer servicios públicos en estas condiciones.

La problemática se agravó tras los trabajos realizados en la Planta Potabilizadora 2, que desencadenaron una crisis que ni el alcalde Carlos Jacobo Rodríguez ni el gerente del SIMAS, Lorenzo Menera, dimensionaron en su momento. El daño ya está hecho y, pese a los esfuerzos paliativos, la ciudad sigue padeciendo la falta de agua en colonias donde se calcula que más de seis mil personas resultaron afectadas.

Mientras la administración municipal intenta minimizar la situación, sectores de la prensa local han sido descalificados como “chairos” por no alinearse a la versión oficial. Sin embargo, lo que impera es la inconformidad ciudadana y el malestar de miles de familias que, lejos de discursos políticos o comparaciones con administraciones pasadas, solo exigen un servicio digno y eficaz.

Lo cierto es que Piedras Negras atraviesa una crisis que exhibe la falta de coordinación dentro del propio gobierno municipal. En apenas ocho meses de administración, Jacobo Rodríguez ha mostrado una gestión marcada por divisiones internas, decisiones cuestionables y estrategias poco efectivas frente a problemas que requieren capacidad y liderazgo.

La entrega de agua con apagadoras de Protección Civil cerró un fin de semana de improvisaciones y reclamos, mientras que la ausencia de Lorenzo Menera en medio de la contingencia se volvió insostenible. En redes sociales, la exigencia de su renuncia crece como reflejo del hartazgo de una población que se siente abandonada ante una de las problemáticas más graves que ha enfrentado la ciudad en los últimos años.

Finalmente, el desabasto de agua vivido en Piedras Negras este fin de semana no solo evidenció fallas técnicas, sino una crisis de liderazgo y visión en el gobierno municipal. Mientras las pipas intentaron mitigar la emergencia, lo cierto es que miles de familias padecieron bajo el calor extremo una carencia básica que jamás debió llegar a estos niveles. Más allá de excusas o de culpar a gestiones pasadas, la realidad demanda soluciones estructurales y decisiones firmes. La ciudad no puede seguir atrapada entre la improvisación y la ausencia de quienes deberían dar la cara. Piedras Negras merece servicios dignos, funcionarios capaces y una administración a la altura de sus ciudadanos.

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