Piedras Negras

Funcionario aprovecha Mañanera para arremeter contra críticos y evade compra millonaria

En lugar de ofrecer claridad sobre la polémica compra de 300 minisplits por 3.6 millones de pesos, el coordinador de Educación Municipal utilizó la tribuna pública de la conferencia matutina para lanzar una serie de ataques personales y políticos, sin responder a las dudas legítimas de la ciudadanía.

Durante más de media hora, el funcionario dejó de lado el informe de avances de su dependencia para arremeter contra figuras políticas como el diputado Memo Ruiz, una regidora del Cabildo a la que no nombró directamente, la administración municipal pasada, medios de comunicación locales y hasta la Secretaría de Educación del Estado, a quienes culpó por diversas deficiencias en el sector educativo.

Lejos de transparentar la polémica adquisición de aire acondicionado con recursos municipales —cuya adjudicación favoreció a la empresa Ferredavi S.A. de C.V., ligada directamente al entorno político del actual Ayuntamiento— prefirió una narrativa de confrontación, intentando desacreditar a quienes han señalado irregularidades.

La evasión fue evidente cuando un reportero cuestionó directamente la falta de coordinación entre el municipio y el gobierno estatal en temas prioritarios como el fortalecimiento académico, certificaciones y programas de inglés. A pesar de responder con alusiones vagas sobre mensajes y correos enviados que “no han sido respondidos”, el funcionario no explicó por qué su oficina no ha logrado construir puentes de colaboración ni por qué se optó por usar el espacio institucional para ajustes de cuentas personales.

Aún más preocupante fue que durante toda la intervención evitó referirse a la adjudicación millonaria que sigue generando sospechas de conflicto de interés. Ferredavi, la empresa proveedora de los minisplits, es representada legalmente por Mario Dávila Longoria, padre del actual presidente del Consejo de Fomento Económico Municipal, Polo Dávila. Un vínculo que, a juicio de diversos sectores, debió al menos motivar una explicación clara de los criterios de selección del proveedor.

En lugar de aclarar estos temas de alto interés público, el funcionario centró su discurso en lo que llamó la “falta de resultados” de quienes lo antecedieron, afirmando que solo se entregaron 16 equipos a escuelas y no los 30 reportados en administraciones anteriores, sin presentar evidencia concluyente de sus dichos.

Mientras la administración encabezada por Jacobo Rodríguez guarda silencio ante este caso, se mantiene la percepción de un gobierno que prefiere confrontar antes que rendir cuentas. Las preguntas siguen en el aire: ¿por qué se asignó un contrato millonario a una empresa vinculada a un funcionario municipal? ¿Por qué no se prioriza la coordinación institucional por encima de las disputas políticas? Y sobre todo, ¿quién responde ante una ciudadanía que exige transparencia y resultados, no excusas ni distractores?

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