
Admiten reparación lenta por derrame en el río Escondido
Trabajos inician lunes, pero arreglo total será en 2026
Redacción | Piedras Negras, Coah.– Tras semanas de cuestionamientos públicos por el derrame constante de aguas negras en el Río Escondido, autoridades municipales explicaron este jueves cuál será la ruta operativa y el horizonte real para atender el problema, que se origina desde colectores colapsados en la colonia Año 2000 y puntos posteriores del sistema.
Durante la rueda de prensa, el secretario del Ayuntamiento, Daniel Aguilar, y el director de Ecología, Alexis González, fueron directos: el daño es estructural, el proceso de remediación depende de intervenciones escalonadas y la solución no será inmediata.
El secretario confirmó que SIMAS, en coordinación con Obras Públicas y Ecología, tiene programado iniciar acciones específicas este próximo lunes, aunque admitió que el alcance será limitado mientras se revisan otras fuentes de financiamiento, como proyectos vinculados a NADBank y el FISE. Señaló que, si bien existen gestiones en curso, el municipio no puede esperar a que concluyan, por lo que comenzará con lo que ya está técnicamente autorizado.
Por su parte, el director de Ecología explicó que el colector que falla actualmente no es un punto aislado, sino parte de un tramo crítico que viene arrastrando problemas desde sectores cercanos a maquiladoras y continúa hasta La Constancia. Recordó que el Ayuntamiento ya intervino previamente el sifón y otros segmentos, pero el sistema opera en condiciones tan deterioradas que cada reparación revela nuevas fallas.
González insistió en que no se trata de un solo arreglo, sino de “un tren en contra” que obliga a un proceso por etapas. La falla más crítica —la que actualmente descarga aguas residuales hacia el cauce— proviene incluso de un tramo anterior a la calle Juan de la Barrera, lo que complica aún más la intervención.
Ambos funcionarios coincidieron en que, aunque el Ayuntamiento comenzará acciones inmediatas la próxima semana, el paquete de obras de fondo se proyecta para el primer trimestre de 2026. Esto implica que el impacto ambiental podría continuar mientras se ejecuta cada fase, lo que convierte el problema en un reto sanitario, ecológico y político para la administración municipal.
La postura oficial, aunque responde a la presión ciudadana, deja claro que la remediación total tomará tiempo. La pregunta que queda abierta —y que seguirá marcando el debate público— es si las acciones anunciadas serán suficientes para contener el daño ambiental mientras llega la solución de largo plazo.



