Piedras Negras

‘Anoche se paró el agua y nadie se dio cuenta’: Lorenzo Menera admite crisis operativa

Con un tono evasivo y una defensa endeble, Lorenzo Menera, gerente general del SIMAS Piedras Negras, admitió durante la más reciente Mañanera encabezada por el alcalde Jacobo Rodríguez, que el servicio de agua se detuvo por completo durante la noche, sin que la ciudadanía fuese notificada ni el hecho fuera reconocido públicamente.

«Anoche se paró el agua y nadie se dio cuenta», declaró Menera, al referirse a una falla eléctrica en el cárcamo que obligó a detener las bombas del río Bravo. El motivo: una cuchilla estaba generando un corto circuito que —según sus palabras— llevaba tiempo sin ser detectada y representaba el riesgo de quemar el sistema completo. “Las bombas trabajan con tres fases y una haciendo corto… eso nos podría afectar en quemar varias bombas”, explicó, argumentando que no se dio aviso para evitar un pánico innecesario.

La declaración desató nuevas críticas, no solo por la falta de transparencia con la población, sino por evidenciar el abandono técnico con el que opera una de las infraestructuras más importantes para la ciudad. Menera incluso reconoció que las bombas cuestan millones y que la paramunicipal no tiene la solvencia para reponerlas, dejando entrever una fragilidad financiera alarmante en plena temporada crítica.

En el mismo espacio, el funcionario justificó nuevamente la reciente destitución del subgerente operativo Ricardo Aguirre, señalando que tras su salida “salieron a flote” múltiples fallas que permanecían ocultas. “Yo no me metía en el área operativa, le di su lugar a Aguirre”, dijo. Fue hasta que asumió directamente el control que, según Menera, pudo identificar deficiencias graves, como filtraciones, omisiones de mantenimiento y plantas operando sin criterios técnicos sólidos.

Menera aseguró que tras una reunión con lo que quedó del equipo de Aguirre, ordenó intervenir de inmediato en los puntos críticos, aunque sin detallar qué medidas específicas se implementaron ni los plazos de ejecución.

La ciudadanía, sin embargo, continúa enfrentando la realidad diaria: fallas en el suministro, fugas visibles en calles, drenajes colapsados y, ahora, la revelación de que el sistema puede apagarse en plena madrugada sin que nadie lo advierta ni lo informe. Esta nueva muestra de descontrol confirma la crisis institucional en la que se encuentra sumido el SIMAS.

La falta de comunicación, la poca capacidad de respuesta y la negligencia técnica no sólo comprometen el acceso al agua, sino que reflejan una administración improvisada, desconectada de las necesidades reales de la población.

Mientras Lorenzo Menera sigue repartiéndose culpas y hablando de bombas millonarias, lo único que sigue fluyendo en Piedras Negras no es el agua, sino la desconfianza.

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